Portada » El pensamiento hiper-visual en el autismo

El pensamiento hiper-visual en el autismo

by ralsadmin

No todas las personas que estamos dentro del Espectro Autista pensamos en imágenes. Pero es importante hablar específicamente de este tipo de pensamiento, ya que es el más incomprendido, debido a la gran diferencia con la forma de pensamiento generalizada.

Podemos darnos cuenta de que un niño que está aprendiendo a comunicarse tiene pensamiento hiper-visual porque:
– Muestra gran dificultad para comprender conceptos abstractos, pero una gran facilidad para aprender información visual sistematizada (letras, números, nombres de animales, etc.).
– Inflexibilidad en la interpretación del lenguaje, con una marcada dificultad para comprender que los pronombres personales varían de sentido según quien lo menciona.
– Memoria visual por encima del promedio.

¿Qué es el pensamiento hiper-visual?
Vamos a imaginar que usted es un niño aprendiendo a comunicarse, y que todo su pensamiento se representa en fotografías instaladas en su cerebro y en experiencias vividas. No adjudique a su comprensión más información que la que le pueda proveer una foto y, en todo caso, cualquier experiencia directa que haya tenido.
Ejemplos de diferentes situaciones y los problemas que surgen en la comunicación:
Mamá: A usted le nombran a su mamá. La experiencia le enseñó quién es mamá y cómo se siente con respecto a ella. Entonces, en ese caso, cuando escuche la palabra “mamá” la asociará con su foto mental de ella, y en ese caso sí habrá sentimientos y conclusiones extras, gracias a que tiene repetidas experiencias con respecto a esa persona.
Elefante: Si, en cambio, escucha la palabra “elefante” y nunca vio uno real, podrá relacionar la palabra con su foto mental del elefante. Hasta puede que sepa cómo se escribe, ya que solo tiene que recurrir a la foto guardada en su memoria de cuando vio cómo se escribía “elefante”, pero no necesariamente sabrá qué tamaño tiene en relación a usted.
Enfermedad: Si su madre le dice que está enferma, y usted -por su corta edad y por obra de la suerte- no tiene ningún recuerdo de haberlo experimentado, no comprenderá cómo se siente. Tal vez ella, viendo su dificultad para comprender cómo se siente, le diga “como cuando te golpeaste muy fuerte”, dando por hecho que con eso bastará. Pero… ¡momento! Si a usted le pareció que este error tan frecuente fue una buena explicación, es porque no está pensando en imágenes.
Analicemos la frase: “Como”: ¿Qué foto podemos obtener de “como”?
“Cuando”: ¿qué foto podemos obtener de “cuando”?
La frase es una invitación a hacer una analogía, y transportar una experiencia -diferente, pero parecida- del pasado, al presente. Bueno, si usted cree que es fácil comprender alguno de los conceptos que mencioné en la frase anterior solo pensando en imágenes, sigue sin hacer bien la tarea.
Vacaciones: Sus padres quieren transmitirle que, por primera vez, pasarán unos días de vacaciones, en el Caribe. Le mostraran una foto de una playa, con arena blanquísima, agua turquesa y palmeras. Si usted se siente afortunado pensando en el descanso placentero, los paseos, la puesta de sol, las comodidades del hotel, está haciendo trampa, ya que la foto no le dijo nada de eso. De la foto usted no obtendrá información sobre cuánto durará el viaje, de la distancia que eso implica, de que luego de pasar el tiempo necesario en esa playa no será cuestión de subirse al auto y volver a casa para dormir en su cama, como lo hace cuando va a la plaza. Ni de que toda su rutina se verá alterada.
Entonces sus padres le mostrarán fotos de un avión, incluso cómo es por dentro, y le mostrarán en el mapa dónde viven ustedes y dónde queda el Caribe. Pero la comprensión de que todo eso es una foto en escala, que esas imágenes deberá multiplicarlas por… ¿cuantos miles?, no aparecerá en la foto, y el usted-niño-visual no tenía experiencias previas repetidas como para acudir a un recuerdo. Lo más parecido que seguramente tenga en su cabeza a un avión será uno de juguete, y eso no le da ninguna información sobre lo que está por experimentar.
Pronombres personales: Su mamá dice “yo”, señalándose a ella misma. Cuando usted piense en la palabra “yo”, adivine la foto de quién aparecerá… Exacto, la de su mamá -y si acaba de errarle a la respuesta, le comunico que se llevó “Comprensión del pensamiento visual”, directo a marzo-.
¿Por qué?: Alguien le pregunta al usted-niño-visual el por qué de algo, por ejemplo: “¿Por qué no querés comer eso?”. ¿A qué foto recurrirá para entender el significado del “por qué”? ¿Qué imagen pueden mostrarle sus padres para que entienda un concepto tan amplio como ese? Seguramente pase bastante tiempo antes de que logre comprender qué significa esa pregunta que repiten tanto otras personas.
Entonces, ¿qué hacer?
Vuelva a ser el usted-pensador-lingüista, pero esta vez tómese el trabajo de recordar lo difícil que es aprender la comunicación verbal, cuando se piensa en imágenes.
Siga trabajando sobre fotos y experiencias, pero entendiendo mejor el proceso de pensamiento, para que su enfoque sea lo menos inespecífico posible.
Entienda que no solo es cuestión de comprender una imagen, sino también todos los conceptos abstractos que hay alrededor de esa situación, para trabajarlos por separado y con suficiente tiempo de anticipación. El error más común, incluso de parte de profesionales que se han capacitado para trabajar la comunicación, es no ponerse en el lugar del niño, y no notar qué es lo que realmente se recibe como información concreta, cuando se tiene un pensamiento hiper-visual, muy pocos recursos de comunicación verbal y pocas experiencias en la memoria.
Tal vez un concepto tan abstracto como el amor sea más fácil de trabajar porque el niño a diario puede escuchar esa palabra, asociada a momentos de afecto con sus padres. Pero lo mismo no pasará cuando queramos hablar de “mentira”, o “futuro”, o cualquier término que no sea parte de su día a día.
En lo posible, debemos buscar estrategias en las que les permitamos experimentar eso para lo que estamos intentando prepararlos. Las acciones repetidas como utilizar agendas visuales, almanaques en los que se marquen los días y pueda ir comprendido por repetición el concepto del tiempo, son de mucha ayuda.
Hay que comprender que los niños con pensamiento hiper-visual están intentando hablar un idioma que no les pertenece. Que si de un día para el otro nos viéramos obligados a mudarnos a China, y al llegar nos invitaran a un Templo Budista, tal vez podríamos entender la invitación si nos muestran una foto -porque ya tenemos conocimientos previos que así lo permiten-, pero eso no quiere decir que con solo ver una imagen compenderemos las costumbres, creencias y cultura de la gente que acude a ese templo.

Analía Infante
* Analía Infante es escritora, creadora de la página

Maternidad Atípica www.facebook.com/maternidad.atipica.

Te puede interesar