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Diseñar para los discapacitados

by ralsadmin

¿Cuál es la dificultad para abrir una lata sin poder utilizar las manos como se debe? ¿Qué riesgo corre una persona que sufre de artritis o tiene una herida en la rodilla al entrar en el compartimento de la ducha? Para alguien que tiene lesiones en la espalda, ¿puede ser tan sencillo entrar en un auto como para otra persona o es necesario una mayor planificación? Hacer este tipo de preguntas, y muchas más, es parte de una nueva dimensión del diseño, que está adquiriendo cada vez más importancia. La tendencia a hacer que la fabricación de productos, así como la correspondiente información, sean más accesibles para quienes tienen cualquier tipo de discapacidad, está abriéndose camino. Y lo que es muy interesante, el hecho de buscar soluciones que se adapten a las necesidades de los discapacitados contribuye a mejorar la concepción de los productos en general, beneficiando tanto a las personas discapacitadas como a los que no tienen discapacidad.

Se ha acuñado una nueva terminología para describir procedimientos de diseño sin exclusiones, entre otros cabe mencionar el diseño accesible, el diseño arquitectónico libre de obstáculos y la tecnología al servicio de la autonomía. La noción relativamente nueva de diseño universal, que es una consecuencia de esos modelos, atañe a los elementos de diseño que hacen que los edificios, los productos y el entorno sean accesibles para un mayor número de usuarios y tengan un mayor número de aplicaciones. El Centro de Diseño Universal, de la Universidad del Estado de Carolina del Norte (Estados Unidos de América), formuló los principios del diseño universal,1 que pueden aplicarse a muy diversas disciplinas del diseño. El Centro define el diseño universal como el diseño de productos y del entorno de tal forma que puedan ser utilizados por todos, en la mayor medida posible, sin necesidad de adaptación ni de diseño especial para categorías particulares de usuarios.

La sensibilización de los diseñadores

A veces, basta con que un creador se dé cuenta de las deficiencias de un determinado producto, para que se sienta motivado a encontrar una mejor solución. Durante una visita a un centro de rehabilitación para niños y adolescentes, el diseñador Shabtai Hirshberg presenció cómo un niño con muletas se negaba obstinadamente a aceptar la ayuda de un fisioterapeuta cuando intentaba montar a un triciclo, y lo que consiguió fue que su pierna quedara atrapada en el asiento. El Sr. Hirshberg, un profesional graduado en diseño industrial por la Universidad Hadassah de Jerusalén, dedicó los meses siguientes a trabajar con fisioterapeutas y un psicólogo especializado en rehabilitación en la fabricación de un triciclo más perfeccionado, el A2B, para niños discapacitados. El triciclo puede utilizarse para jugar con total autonomía, y ofrece soluciones de rehabilitación. De momento, se trata nada más que de un prototipo. Pero, ciertamente, tiene grandes posibilidades de comercialización. Muchas de las características del diseño, como las dos ruedas en el frente y la placa en la que se apoya el pecho, que da la sensación de estar participando en una carrera de autos, son funcionales para cualquier niño, y les encantan.


El prototipo del triciclo A2B, diseñado para
niños discapacitados, sería funcional y una
diversión para cualquier niño.
(Foto Cortesía de medgadget.com)

Las limitaciones funcionales de la visión, el oído y la movilidad están interrelacionadas y, a menudo, se agravan unas a otras. Los productos mal diseñados y los entornos no adaptados que pueden crear inconvenientes en general, pueden llegar a ser obstáculos insuperables para las personas que tengan esas limitaciones, y transformar su entorno de cada día en un lugar poco seguro o peligroso. Rani Lueder, presidente de Humanics ErgoSystems, una consultoría situada en Encino, California, ha dictado cursos de ergonomía a estudiantes de diseño industrial del Art Center College de Pasadena. Para ayudar a los estudiantes a comprender su noción de diseño para todos, les pide que simulen una discapacidad física como parte de sus proyectos de diseño.1

Un estudiante, por ejemplo, se encargó de estudiar la forma de subir a diferentes vehículos con una barra de metal atada a la espalda para simular las limitaciones físicas asociadas a las lesiones de la espalda. Otros adoptaron enfoques creativos como limitar la función de las articulaciones con vendas para simular los efectos de la artritis, añadir abultadas capas para imitar la obesidad o crear artilugios complicados para limitar la visión periférica. El ejercicio permitió a jóvenes estudiantes de diseño sanos entender lo que es una discapacidad funcional. Muchos dijeron a continuación que había cambiando para siempre su manera de ver las consecuencias del diseño para esos grupos de usuarios vulnerables.

Diseñar para los ancianos

Las tendencias demográficas ponen en evidencia que la categoría de más de 60 años representa un porcentaje cada vez mayor de la población de Australia, Europa, Japón y América del Norte, y continuará en aumento, lo que tendrá consecuencias importantes para el mundo del diseño. Los objetos y el entorno diseñados especialmente para los ancianos suelen tener una apariencia menos atractiva que otras opciones en el mercado, pero la falta de estética no debería ser un mal inevitable para los ancianos.

Las cocinas, por ejemplo, pueden llegar a ser accesibles para las personas con discapacidades debidas a la edad, y seguir teniendo un aspecto claro, moderno y acogedor. El equipo de diseño del fabricante alemán de cocinas Alno creó una nueva cocina para personas mayores poniendo los dispositivos de la cocina al alcance del usuario, y evitando, así, que tengan que inclinarse. El resultado es la cocina flexible My Way, que utiliza un sistema electrónico que permite que los armarios, los artefactos e incluso el fregadero queden a la altura del usuario. Pulsando un botón, el mostrador de la cocina puede elevarse o las placas de la cocina pueden bajarse a la altura de una silla de ruedas. Y lo que es más, las personas de todas las edades y alturas pueden disfrutar cocinando en ese entorno adaptable.

Juguemos

Los niños con discapacidades generalmente tienen menos oportunidades de jugar que los otros, no sólo debido a sus limitaciones físicas, sino por razón de que esas limitaciones no suelen tenerse en cuenta en el diseño de los juguetes. El aspecto, el costo elevado, su escaso valor como entretenimiento son los defectos más corrientes de los productos diseñados únicamente para niños discapacitados. Gracias a programas como “Let’s Play,” de la Universidad de Buffalo en Nueva York, que colabora con fabricantes para mejorar las características universales del diseño de los juguetes, los niños con discapacidades participan en el proceso del diseño.

Si se amplían las posibilidades de los juguetes incluyendo características que los niños con discapacidades puedan dominar, un mayor número de niños resultan beneficiados (se trata del enfoque de diseño universal “de niños sin discapacidad a niños discapacitados”). Contrariamente, el enfoque “de niños discapacitados a niños capacitados”,2 puede ampliar las posibilidades de juego para los niños sin discapacidad. Así pues, los juguetes terapéuticos, que ofrecen mayores posibilidades de juego, también pueden ser utilizados por niños sin discapacidad que aprovechan los elementos de los juguetes como diversión al mismo tiempo que desarrollan sus capacidades. Un volumen de producción mayor para responder a la demanda de un mercado más amplio, en el que se incluyan a todos los niños, permitiría disminuir considerablemente el precio de los productos haciendo que los juguetes sean más accesibles.

Aspectos de comunicación

El diseño de sistemas de información es otro ámbito en el que se tienen en cuenta cada vez más las necesidades de los discapacitados. Y como la comunicación es la onda del momento y del futuro es fundamental que las telecomunicaciones y los servicios de Internet sean accesibles a todos los usuarios. Siguiendo las orientaciones de la Web Accessibility Initiative,3 la OMPI instaló en las computadoras que pone a disposición del público, un software destinado a las personas con discapacidades visuales. Este software permite a una persona con discapacidad visual navegar por Internet gracias a un dispositivo que lee en voz alta las páginas visitadas, haciendo que gran cantidad de información de la Web sea accesible de manera auditiva.

Del mismo modo, en los sistemas de telecomunicaciones que tienen en cuenta las necesidades de las personas con deficiencias auditivas se puede incorporar una función de texto a la información oral para los teléfonos, utilizando la tecnología de reconocimiento vocal que permite convertir en texto la voz del operador. ¿En qué medida este tipo de diseño del entorno aporta beneficios a las personas que no tienen discapacidad? Ese tipo de diseño amplía las funcionalidades para todos los miembros de la sociedad y es mayor el número de personas que participa en el intercambio de conocimientos y de contactos.

Educación, concienciación, empatía

Publicaciones recientes sobre diseño para discapacitados arrojan luz sobre esta evolución del mundo del diseño. Ergonomics for Children: Designing Products and Places for Toddlers to Teens publicado por Rani Lueder, así como The Design of Future Things, del profesor de diseño Don Norman son algunas de las últimas obras publicadas. Según Norman, “los discapacitados no son simplemente un pequeño grupo de desfavorecidos: nos representan a todos nosotros. De ahí que el primer paso sea la educación, la concienciación y la empatía.”

La buena nueva es que, al tener en cuenta las necesidades de los discapacitados, se logran, en última instancia, diseños que son más seguros, más flexibles y más atractivos para todos los consumidores. Estamos trabajando en favor de un mundo en el que sea posible encontrar soluciones de diseño para todas las personas, cualquiera sea su grado de capacidad.

Por Heidi Schrott, Redacción de la Revista de la OMPI, División de Comunicaciones

 

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