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TIEMPO DE SOLIDARIDAD SOCIAL Y RESPONSABILIDAD DEL ESTADO

by Elizabeth Aimar

El Coronavirus (COVID-19), ha impactado en la sociedad global provocando una crisis desconocida, ignorando cuales serán la totalidad de sus consecuencias y efectos colaterales.

El temor –terror- se ha instalado en las poblaciones producto del desconocimiento y de observar los efectos devastadores que se replican en la mayoría de los países con mayor o menor intensidad.

Resulta una realidad que nuestro país se enfrenta a la pandemia, y que la misma no se ha propagado entre nosotros con la virulencia de otras zonas, pues el fin del verano colabora con ello, pero de esta lectura se deduce que estaremos ingresando en un tiempo mas en las faces mas agudas de propagación y contagio al arribar el otoño e invierno especialmente.

Para la entrada del tiempo mas frío faltan 90 dias aproximadamente.

Ese tiempo debe servir para preparar al sistema de salud y a la sociedad para encarar la etapa lo mejor preparados posibles y habiendo tomado conciencia de la importancia relevante de la solidaridad social y responsabilidad civica como elementos determinantes de la campaña sanitaria.

EL IMPACTO ACTUAL

  De acuerdo a estadísticas de la OMS, la tasa de infectados del COVID – 19 mantiene una proporcionalidad en sus tasas de mortalidad que ronda el 1%, aunque hay países que superan ese promedio.

 Esa tasa guarda una intima relación con la capacidad de respuesta del sistema sanitario.

Dentro del porcentaje  de personas infectadas el 80% experimenta síntomas leves, en tanto el 20% restante presentan síntomas mas complejos que merituan una intervención de mayor intensidad.

En este porcentaje se encuentran aquellos que finalmente fallecen.

Recientemente se ha detectado en algunos focos de Asia, los casos de pacientes que habían recibido el alta como curados, y vuelven a registrar síntomas de COVID – 19, lo que agregaría un vector mas a la lucha contra esta pandemia.

Como se decía en párrafos anteriores el mayor o menor impacto del virus en las distintas sociedades, parecería guardar relación  con  el grado de eficacia con responde el Sistema de salud de  cada Estado.

            El grado de eficacia no se mide por la complejidad tecnológica de los medios con  que se cuenta sino con la posibilidad del sistema de absorver la demanda de requerimientos que la población realice dando respuesta a esos casos.

            Se requiere sobre todo una política clara  de como actuar y traspasar a la ciudadanía la porción de responsabilidad que le compete.

            El sistema debe trazar una estrategia basada en la solidaridad de la población. Mas específicamente  la solidaridad de cada individuo con el resto de los integrantes de la comunidad a la que pertenece.

            Los llamados a quedarse en los hogares o los “autoaislamientos” que realizan algunos ciudadanos  por propia decisión, responden a la necesidad de no convertirse en trasmisores del virus. De este modo, colaboran y se solidarizan con ese porcentaje -20%- que requiere las prestaciones del sistema con mas urgencia y capacidad de respuesta.

            Evitar el contagio resulta beneficioso para uno y también para el resto de la población.

            No acudir a los servicios de salud por síntomas leves, evitan el colapso que repercute dramáticamente en el 20% mas comprometido con la enfermedad.

            Este porcentaje esta compuesto en gran parte por personas que presentan otras enfermedades como diabetes, cuadros respiratorios crónicos, inmunodeficiencia, hipertensión, etc.

            La sociedad debe comportarse siguiendo el principio básico de “no hacer al otro lo que  no quiero que me hagan”, un principio simple de convivencia que en tiempos de crisis, se torna una directriz fundamental.

            Obviamente las respuestas que debe ofrecer el sistema no se pueden limitar solo a actos solidarios, sino que debe estar acompañados de  otras medidas que los Estados deben adoptar en pos de minimizar los impactos de la pandemia.

            Pero, las decisiones sobre las medidas a adoptar se enfrentan a diversas aristas que se entrecruzan generando dilemas que sea cual sea la solución adoptada siempre el resultado será negativo, debiendo entonces encontrar la que arroje el resultado menos negativo posible.

            Ahora bien, ¿si se enfrenta a una enfermedad desconcocida, sin saber cuales serán sus consecuencias, como saber cual es la solución mas efectiva, o dicho de otra manera, menos perjudicial?

            Alli radica parte de la complejidad a la que nos enfrentamos como sociedad, y por la cual se requiere del esfuerzo y compromiso de todos sus integrantes.

            Surge también con claridad la importancia del sistema de salud como parte estructural del Estado, y la relevancia de éste último como coordinador y garante del mismo, interviniendo con políticas publicas efectivas y asistiendo a los habitantes.

           

            LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD ANTE EL COVID – 19

 

            La información estadística que se puede obtener no ofrece desgloses sobre la afectación sobre la población con discapacidad, por lo tanto  no se puede mensurar en cuanto afecta a la misma la pandemia.

            Sin embargo existe un punto donde se debe enfocar. Los sistemas de salud y protección de las personas con discapacidad, agrupan a las personas en centros especiales y aislados. Esta concentración de personas en un solo lugar implica un grave riesgo de contagio, con resultados impredecibles.

            Similares situaciones se dan en geriátricos, hogares, instituciones psiquiátricas.

            La vida en comunidad de las personas con discapacidad, resulta una alternativa para desarticular estos focos de contagio. La desinstitucionalización, también debe encontrar un fundamento en estas cuestiones de salud.

            Una situacion puntual de las personas con discapacidad es la de los apoyos humanos.

            Mucha población con discapacidad cuenta con apoyos  para realizar las actividades de la vida diaria, los asisten muchas veces durante las 24 horas.

            La prevención debe ser mas intensa sobre quienes brindan la asistencia, por estar en contacto con población en riesgo y por que en caso de enfermarse la persona con discapacidad queda sin apoyo e imposibilitado de alimentarse, vestirse, higienizarse, suministrarse medicamentos, entre las actividades básicas de la vida diaria.

            Tambien otras que consideramos cotidianas pero revisten el carácter de necesarias, como la compra diaria de suministros e insumos que requiere.

            Toda medida de prevención, no es mucha, no es paranoia, es prevención.

            Algunas instituciones donde se encuentran pacientes considerados de riesgo para el CONAVID – 19, han establecido protocolos en los que se permite una visita del exterior por 20 minutos en un total de cinco por dia, existiendo  entre  visita y visita un lapso de una hora.

            Consideran visita del exterior, tanto familiares como asistentes,profesionales médicos o terapeutas.

            Paralelamente al pedido de prevención y responsabilidad se observan otras conductas que se encuentran en las antípodas de lo esperado.

            El manejo de información y desinformación se observa en forma indistinta y con alto grado de irresponsabilidad, generando caos y posibilitando un impacto mayor de las consecuencias del coronavirus sobre la desinformación.

            El manejo información de fuentes no confiables, como ciertas y con rigor científico, perjudican a la porción de la población que no puede acceder a información confiable.

            Las poblaciones mas desinformadas serán las que tengan mayor impacto de la enfermedad.

            Por ese es responsabilidad de los medios de comunicación radica en trasmitir la información surgidas de fuentes confiables, la Organización Mundial de la Salud por ejemplo, y no incurrir en actos de  irresponsabilidad al ser trasmisores de noticas falsas pero efectistas.

            A su vez la población debe alejarse de información de redes sociales, pues generalmente las fuentes no confiables.

            Finalmente les transmitimos una serie de tips a fin de tener en cuenta en caso que se deban enfrentar periodos de aislamiento obligatorio.

            Si presentas síntomas propios de COVID-19 (Coronavirus), llama a los números indicados para cada jurisdicción para someterte a los controles necesarios, haciendo saber que se trata de una persona con discapacidad.

 

📌Controlá tu stock de medicamentos e insumos, para evitar que te sorprenda un faltante durante un potencial aislamiento, sin por ello recurrir al acopio innecesario.

 

📌Coordiná todas aquellas terapias que puedan realizarse de modo virtual. Es importante no suspender terapias psicológicas que puedan ayudar a sostener emocionalmente un potencial estado de aislamiento.

 

📌En caso de terapias kinesiológicas, solicitale a tu terapeuta que te envíe de modo on line distintos ejercicios para hacer solo o con asistencia.

 

📌Planificá con tus cuidadores o asistentes personales los posibles cambios de horarios o reemplazos de personal, para evitar quedarte sin asistencia.

 

📌En caso de resultar indispensable la asistencia personal, comunicate a la brevedad con el agente de salud a fin de garantizar la prestación.

 

🙏🏻Mantene la calma y asegurate de tener un modo de comunicación efectivo y accesible con tus familiares, cuidadores y agente de salud.

 

🙌🧴Recordá mantener tus manos siempre limpias con agua y jabón.       

Estimados lectores, hasta nuestro próximo encuentro.

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